domingo, 25 de mayo de 2014

24 horas

24 horas en Observación del Ala pediátrica del Virgen Macarena, escuchando su llanto y su miedo, la llamada desesperada a sus papás, o el aullido del dolor más injusto y cruel... el de los más inocentes, el de los niños.

24 horas viendo como tu otro yo, tu propio hijo, ya empieza a dudar de su padre, al que horas antes quería con locura y sobre todo a dudar de esa promesa que le ha hecho de que en breve estaremos en casa, con sus hermanas y su madre...

¿Qué tu trabajo quema? ¿Qué no me merezco esto?... ¿Pero tu te has parado a mirar los verdaderos problemas, más allá de tu «puto, miserable y egoísta ombligo»?...

... Anoche Lisipo anduve descalzo los hirientes bordes que tiene el precipicio de la locura. Anoche, no bramó Glauco, ni la tormenta...

... Anoche chillaron todos los poros de mi piel.